lunes, 3 de enero de 2011

Capitulo 1:
A Nocturnal Journey

No era fácil de recordar, como llegue a mitad de un bosque, todo era poco visible a mi alrededor, todo estaba oscuro solo podía diferenciar algunas siluetas de los árboles. Mi cuerpo estaba totalmente adolorido, era dficil moverme, una punzada muy fuerte pasaba en mi cabeza, toqué mi frente solo para sentir ese liquído caliente escurriendo hasta mi ceja. Demonios.
Trate de levantarme, mis pies se doblaron por las zapatillas de tacon que traía me las quite sin saber a donde las arrojaba, mi pies deberían estar hinchados, y mi ropa estaba totalmente destruída, casi estaba desnuda. 
 
Tenía frío y miedo, no sabía que hacer, me abracé a mi misma para mantener el calor, aunque no servia, ya que todo mi cuerpo estaba helado, la luz de la luna reflejaba los aspectos mas tenebrosos de este bosque. Empecé a recorrer los alrededores, no sabía a donde iría pero nada prodía ser peor que esto. Mis pies, rozaban con tierra, también se cortaban ligeramente y con el frió los sentía pesados.

Los ruidos que se encontraban a mi alrededor, se iban haciendo mas fuertes, como si alguien me estuviera siguiendo, mi respiración aumento y mi ritmo cardiaco salió disparado, empecé a acelerar mis pasos, y los ruidos también aumentaban, temía voltear y encontrarme con algo realmente aterrador.


Empecé a correr lo mas rápido que se movian mis piernas, esperaba que sirviera y lo que fuera que me estuviera siguiendo se aburriera o se perdiera pero esos pasos seguían al igual que los míos. Estaba nerviosa, y varios escalofríos pasaban por mi columna vertebral; moriria por esa cosa que me esta siguiendo? Aquí terminaría todo para mí? No, no podía pasar, mis piernas empezaron a moverse rápidamente de nuevo, mi pecho doliera tanto que ardía aun así, no paraba.

Cerré mis ojos, no me importaba saber por donde pasaba simplemente corría, tener una contusión por golpearme con una árbol sería mejor que esto, mis lagrimas corrían por mis mejillas, lo cual me ponía mas nerviosa, unas manos me sujetaron frente a mi sobre mis hombros, demonios esa cosa me tenía, empecé a tirar patadas, tratar de empujarlo, aruñarlo, pero era totalmente inútil, empecé a gritar muy fuerte.

-Diablos Cheals, calmate soy yo Daniel-dijo el separandosé de mi

Limpié mis lagrimas, y verifiqué que fuera el, y así era mi hermano estaba aquí conmigo, suspire y empecé a llorar de nuevo. El me abrazó, acunandome en sus brazos.

-Tu idiota, por que no me dijiste que erás tu?!-dije dandole pequeños puñetazos a su espalda

-Oye, oye tranquila, tu te separaste del grupo y ahora te quejas por que no te decía que era yo?-dijo el con un tono de broma y sarcásmo

-En realidad... no se de que grupo estas hablando

-De que hablas pequeña traviesa-dijo rebolviendo mi cabello- Estabamos en la fogata y te perdiste-dijo el de forma obvia

-Daniel, no se de que fogata estás hablando-dije en forma seria

-Vaya en serio te golpeaste muy fuerte, y a juzgar por tu ropa estuviste jugando con un lobo-dijo el en forma divertida

-Daniel, no es divertido deberias preocuparte por mi-dije enojada.

-Lo siento, princesa-dijo el- Estaba muy preocupado, y la mejor forma de evadir enojarme es haciendote bromas

-Dan?

-mande?

-Tengo frío y hambre, y ya no quiero caminar-dije quejando me

-Bien reina del drama yo te llevaré en mi espalda, ah y toma mi chaqueta -dijo poniendomela sobre mis hombros,- vamos sube

Me subi en su espalda, me abracé fuertemente de el, estaba realmente cansada, y caí dormida.

De mañana desperté, en una habitación, color gris, lleno de poster´s de bandas de rock, era mi habitación, me estire sobre mi cama, maldición podría ser mas comoda esta cama?

Mi habitación era enorme, en realidad era increíble tenía toda clase de cosas, como guitarras autográfiadas por bandas, algunas de sus ropas, hasta algunos teléfonos celulares, mi armario como decirlo, podría ser uno de los mas grandes del mundo, aunqué no era un ícono de la moda, amaba toda la ropa, mi vida perfecta.

Mi papá era, una de las personas con una cadena mundial enorme, y mamá, enrealidad no la recordaba bien, ella había muerto en un accidente cuando yo solo tenía 6 años, en realidad no se sabe como ocurrió tal accidente, pero papá quedo devastado, por eso toda mi vida siempre ha sido sobreprotegida, no me importaba mucho ya que siempre conseguía lo que quería, pero aveces si deseaba esa libertad, que muchas personas tenían, yo celaba eso de ellos.

Me dirigí, a mi baño, tomaría una larga ducha, ya que lo que paso ayer, no favorecería mucho mi higiene.
Entre en mi tina enorme caliente, era como un jacuzzi, demasiado relajante, suspire sonoramente, y traté de despejar mi mente cerrando mis ojos, como pude haber llegado sola a mitad del bosque, y con toda mi ropa rota de tal modo? No pude haber estado con alguien, no me hubieran dejado sola... o si?

No recordaba nada, ni esa fogata, debió haber sido poco interesante para no poder recordarla pero, era extraño, terrorifico.
Estaba somnolienta, y dormí poco tiempo en la tina.

En un campo, dondé usaba ropa medieval, un largo vestido dorado que llegaba hasta mis pies, con ese favorecedor escote, que hacía parecer mi aumento de senos.
En ese campo, se veía un hermoso atardecer, un pasto tan verde que parecian hojas de árboles, y un hermoso lago que reflejaba lo mas hermoso del sol, alrededor del lago se encontraban unas encantadores flores, que jamás en mi vida me habría imaginado que existían unas rosas color violeta, me acerque a ellas ligeramente, me sentía libre y mis pulmones se llevaban de felicidad, toque los petalos de una rosa, era demasiado hermosa para que alguien la apreciara, trate de arrancar una pero solo logre cortarme con la espina un dedo.

-Demonios-susurré mientras mi dedo indicé sangraba

-Te encuentras bien?-dijo una voz detrás de mi increíblemente seductora, como con el cual esa voz atravesara tu ser, una voz con la cual te relajabas, y sentías que podrías confiar en ella, incluso podría caer enamorada, ante esa propia voz. Volteé mi rostro ante esa persona, su rostro no era visible para mi ya que el sol me encandilaba.

-Si, claro-dije yo coebida

-Bueno, creo que fué algo muy torpe de tu parte espinarte con las rosas-dijo el riendose, esa risa quedaría gravada para siempre. Excepto por lo que se reía.

-Disculpa? No tienes derecho a hablarme así-dije

-Tal ves si lo tenga mocosa-dijo el riendo

-Deja de reirte-dije enojada

-O si no que?-dijo el dasafiandome

-Solo dejame sola si-dije indignada

-Ya niñita, no llores-dijo el incandose frente a mi

Intente darle una bofetada, pero el tomo mi muñeca haciendo que nuestros rostros quedaran a solo unos centimetros uno del otro. Mire sus ojos azul cielo que me penetraban, era como si miraran atraves de mi, recorrí con mi mirada todo su rostro, era demasiado guapo, es decir, increiblemente irresistible, sus hermosos rasgos eran bien definidos, una mandibula que se veía realmente fuerte y una nariz recta, su piel mielosa, lo hacia ver como una persona con un fisíco perfecto, y yo jámas en mi vida había creído el en perfección humana, eso era lo más increíble. Con esos labios de un tamaño perfecto, carnosos y seductores.

-Alejate, de mi por favor-le susurré bajando mi rostro

-Vamos, por que no me has besado aún?, es decir, cualquier otra mujer ya lo habría hecho en tu estado... o tengo que acercarme un poco más-dijo el, mientras nuestras narices se juntaban

Tenía un delicioso olor, el cuál, me hechizaba por así decirlo, tragué saliva, y suspire sonoramente. Me separe de el, y lo miré a sus encantadores ojos, que me miraban, con misterio y ternura.

-Exactamente, yo no soy como otras chicas-dije con la voz mas sencilla que me pudo haber salido

-Eso es, justamente lo que me atraé de ti-dijo el, sobando mi mejilla suavemente con su mano libre.
Tiré con fuerzas mi brazo que aun sujetaba, y me levante.

-No es de caballeros, jugar con damas que pueden salir lástimadas-dije marchandome, mientras mis lagrimas salián de mis mejillas por aquel chico que acababa de conocer.

Desperté agitada, no tenía la mas miníma idea de lo que había pasado, ese sueño, era tan real que apenas parece que lo soñe, frote mis ojos y en ellos encontre aquellas lagrimas que en mi sueño había dejado caer.
Aún me encontraba en mi bañera, tocaron la puerta fuertemente.

-Chealsea, te encuentras bien?-dijo Daniel, por la forma en la que lo decía debí haber estado aquí mucho tiempo

-Si Daniel me encuentro bien, solo me dormí, enseguida salgo-dije saliendo de la tina

-Bien, cuando salgas ven a la sala, papá y yo queremos hablarte de algo-dijo el

Demonios. Seguramente nos hablaria de como se irá de nuevo a causa de sus negocios, odiaba que hiciera eso, pero que mas daba, que podría hacer? Rogarle? Eso jamás pasaría, si mi padre quisiera quedarse se quedaría yo no lo abligaría a hacer algo que no quiere.

Salí del baño, en una bata negra, me pusé una playera de mi banda favorita, un pantalon de mezclilla entubado negro, y unas botas de cuero, deje mi pelo rubio suelto, y solo me puse algo de delineador y rimel, en realidad a pesar de tener dinero, no me gustaba mucho la moda, igual la ropa siempre viene y va.

Bajé corriendo los montones de escaleras, hasta llevar a la moderna sala, mi madre la había decorado, y mi padre nunca la quiso cambiar, era justamente como a mamá le gustaban las cosas, con mucho arte abstracto que ella misma pintaba. La extrañaba mucho, y me dolia aún más pensar en que jámas volveré a verla.

Daniel y mi padre estaban sentados en los sillones individuales, ellos nunca se llevaban de lo mejor, desdé que mi mamá murió, nunca entendí bien por que, cosa que me preocupaba ya que ellos eran padre e hijo y eso me hacía sufrir mamá nunca hubiera querido eso.
Trate de olvidarme de eso, y pusé mi mejor sonrisa, no quería preocupar a mi padre en su viaje, debía ser positiva, lo que restaba del tiempo.

Fui a donde se encontraba sentado Daniel con su rostro serio, me senté arriba de el, y le di un beso en la mejilla.

-Qué tienes niño feo?-le dije revolviendo su cabello como el lo hacía conmigo. El no hablo y se quedo serio, y me miro con una sonrisa triste.-Qué te ocurre?-dije con mi tono de preocupación

-Hija, cielo qué opinas acerca de mudarnos?-dijo mi padre

-Se mudaran?-dije finjiendo inocencia, valiá la pena intentarlo

-No, nos mudaremos en realidad-dijo mi papá

-No... no! No quiero soy feliz aquí! Por que justamente lo tienes que arruinar ahora?!-dije

Mi padre me miro de hito en hito, no sabía que responder ante mi reacción, y empecé a reir.

-Lo siento, estaba bromeando, no me importa irme-dije despreocupada, ha decir verdad yo no tenía amigas en mi escuela, y tampoco he tenido novio, a mis 17 años de vida, y que yo sepa nadie se ha interesado en mi, mas bien nunca resulto ser lo que esos chicos esperan, osea ser una zorra, y las chicas de mi escuela, solo saben criticar a mis espaldas y desdé que golpeé a aquella chica la ultima vez, eso redujo mis opciones.

-Como puedes decir eso Chealsea?! Todo estó se vendrá abajo, y quitate de encima-dijo el, me moví rápidamente de donde estaba y me senté lo mas lejos que pude de el. Obviamente el no quería irse, el era la persona mas “popular” de mi escuela, esa era la razón por la cuál me ignoraba cuando nos encontrabamos, ni siquiera me miraba, y aún así lo trataba como si nada hubiera pasado. Es muy estúpido de mi parte ha decir verdad.

-Daniel, no discutas conmigo, estó es muy importante para mí, los necesito a ambos conmigo en esto, no quiero separme mas de ustedes, siempre se puede empezar de nuevo-dijo mi padre

-Padré, yo no quiero irme adémas tengo a mi novia, la amo, si la dejo jámas me lo perdonaría-dijo Daniel. En esos momentos es cuando quisiera reirme lo mas alto posible, Daniel enamorado, eso es lo que le dice a todas sus novias, y jámas ha estado enamorado, adémas a penas lleva una miserable semana con ella, eso es muy pátetico.

-Hay muchas mas novias allá en Rusia, hijo así que vayan a alistar sus maletas mañana nos vamos-dijo papá

-Vaya! Rusia, que poco interesante-dije

-Silencio cuando empieces a salir allá, te darás cuenta de lo emocionante que es-dijo el dirijiendosé a su biblioteca, cosa que amaba, podía tomar cuantos libros quisiera y jamás me lo reprochaba.

Daniel me miró con furia, y empecé a reir.

-Eres un idiota, amas a tu novia de una semana? No será que amas su cuerpo?-dije entre risas

-Callate Chealsea-dijo el

Me fuí corriendo a mi cuarto, y el me seguía por detrás, yo era mucho mas rápida que el, aunque el solo fuera 5 meses mayor, yo seguía siendo la mayor, en mi mente en realidad, ya que el había sentido lo que es dar tu primer beso, y también en tener sexo, en esos aspectos el ganaba por mucho.

Entre a mi cuarto, y empecé a empacar, claro nunca terminaría por eso mi padre fue muy inteligente a mandar a las damas de llaves a que ellas lo hicieran, eran como diez señoras tratando de meter apenas 10 kilos de ropa en 3 maletas era divertido ver eso.
Me acosté boca abajo en mi cama, y pensé con el chico con el que soñe, era demasiado agradable darme esa imagen tan perfecta, que solo estuviera en mi mente, solte un pequeño gemido, que salió casi de una forma érotica, todas esas señoras se me quedaron mirando mientras mi cara se ponía de un rojo vivo. Tape mi rostro con las almohadas, tratando de pensar que lo que acababa de pasar fuera solo mi imaginación, pero podía oir los susurros ante lo que acababa de pasar.

Cuando menos lo pensé ya estaba en el avión, que se dirigía a Rusia a hacer mi nueva vida: Tenía dos asientos para mi sola, Daniel pláticaba con una chica mientras yo oía música en mi ipod, y miraba por la ventana, mi padre iba hablando por el teléfono del avión avisando que llegaríamos en una hora, a mas tardar.

Cerré mis ojos imaginandome a ese chico, que tanto excitaba mis pensamientos, sentí como me sacudían levemente el hombro, mis ojos se abrieron de golpe, fijandosé en la cara de mi padre, me quite uno de mis audifonos, esperando a que hablara.

-Se que es demasiado pronto, pero llegando necesito que vayan a la escuela, a conocer los hijos de mi jefe, lo lamento se que estarán cansados pero necesito que hagan esto por mi-dijo el con cara de súplica

-Bien, no me importa mucho ha decir verdad-dije colocando mi audifono de nuevo, mas bien, estaba de lo mas nerviosa, era la una de la mañana, seguramente llegariamos a un hotel en lo que mi padre arreglaba las cosas para la nueva casa, eso seria muy aburrido.

No quisiera que las cosas salieran como, en California, espero que las cosas mejoren por estar en otro continente.




-Chealsea Carrison Pov.

By Fernanda Chassier 



 

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